Un mes antes de su lanzamiento, iba a llamarse Retevisión Móvil…
Por primera vez una marca no anglosajona ni de evocación tecnológica en el competitivo sector de las Telecomunicaciones, dirigida principalmente a un usuario joven y abierto a nuevas formas de comunicar y comunicarse.
Una marca que cambió la vida a El Nombre de las Cosas, y un nombre que marcó tendencia en el mundo de la Identidad Verbal y bautizó en los medios a una franja de edad bajo la etiqueta de “Generación Amena”.