«Un buen nombre es el tiramisú de un proyecto»

Al primer escalón de una escalera lo llama entrama, al segundo ancle, al tercero doma, faldos a los siguientes. No busquen estos términos en un diccionario, porque la afición de Fernando Beltrán (Oviedo, 1956), poeta, es ponerle nombres a las cosas. Y, además, ha hecho de su afición su oficio: nombrador. ¿Les suena Amena, Opencor, la marca Aliada, el centro cultural madrileño La Casa Encendida? Pues bien, estos son algunos de los nombres más sonados que Beltrán ha creado en su estudio pionero, El Nombre de las Cosas, desde 1989.